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La realidad del ateísmo demuestra que a Dios no se le encuentra, de hecho, con la inteligencia, mientras no se le busca con toda la vida. El mejor modo de conocer a Dios está en la entrega vital a sus -· requerimientos paternales. Esta entrega se verifica en una vida de íntima religiosidad, de pureza de corazón y de amor confiado, unido todo a la _oración. Una inteligencia así purificada descansa en la bienav~nturanza predicada por Jesús. «Bienaventúrados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5.,· 8). Dialogo y Repaso 1. Di en qué se distingue demostración racional de explica– ción ·científica de una realidad. 2. De los cuatro argumentgs racionales que demuestran la existencia de Dios relata cuál te impresiona más y por qué. 3. ¿Por qué además de razón se necesita corazón para acep– tar a Dios? LECTURA Extrañeza de Napoleón ante el ateísmo Al manifestar· Napoleón sus deseos respecto de sus funerales ante su ca– pellán el abate Vignali, le pareciói sorprender una sonrisa en los labios del médico Antommarchi. El emperador exclamó: «Usted está por encima de estas debilidades, como las llame quizá. Déjeme usted. Yo no soy un filósofo ni un médico. Creo en Dios y profeso la religión de mis padres. No soy ateo». Al alejarse el sacerdote, Napoleón se volvió nuevamente al médico: «¿Cómo puede usted no creer en Dios? Todo proclama a voz en grito su existen– cia, y los espíritus más encumbrados han creíuo en Dios». Napoleón estaba sumamente excitado y sólo se calmó al manifestarle el médico que había in– terpretado mal la expresión de su rostro, ya que él, Antornmarchi, siempre había creído en Dios. 23

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