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tica de sacramentos y oración, que nos ponen en relación con Dios y nos dan su gracia. 3) También se llama religión a toda la práctica de la vida cris– tiana, es decir, de las virtudes teologales y morales. Así se dice que es hombre religioso el que vive conforme a lo que Dios exige. 4) Finalmente se llama religión a todo un conjunto de creen– cias sobre Dios y de prácticas especiales para honrarle. En este sen– tido hablamos aquí de religión cristiana, mahometana, etc. 4. EL HECHO RELIGIOSO El hecho religioso no es otra cosa que· la realidad constatada de que los hombres, aun los menos civilizados, han tenido siempre al– guna creencia religiosa, es decir, han contado con la existencia de un Ser superior al mundo, en cuya mano está el destino de los hom– bres, por lo que es necesario tenerle contento haciendo el bien y ofreciéndole culto. Esto se observa en toda la historia de ]a humanidad y en la prác– tica de las mismas tribus salvajes. Los ateos, u hombres que dicen no creen en Dios, no suelen pensar bien lo que dicen, pues ningún hombre inteligente puede llegar a estar seguro de que Dios no existe. 5. NECESIDAD DE LA RELIGION La práctica de la religión es lo más necesario al hombre, pues sólo mediante ella puede conseguir su destino definitivo en el cielo. Al hombre le pueden faltar manos, vista o cualquier otra cosa. Al fin y al cabo sería una falta de cosas temporales que tarde o temprano todos hemos de perder. Pero al que le falte religión, le falta el medio para entrar en la vida eterna, y la pérdida de ésta no tendrá remedio. El mismo orden de la naturaleza exige la religión: - a cada hombre en particular: Pues al depender de Dios en el ser y en el destino hay que reconocer esa dependencia honrando a Dios en el interior del alma y con los actos exteriores del cuerpo que manifiestan los sentimientos del espíritu. - a las familias: También la familia es institución de Dios, y para nada se debe estar más unidos que para honrar al Señor de la familia, en cuya gloria hay que esperar volver a reunirse. - a la sociedad civil: La sociedad civil, aunque su finalidad es proveer al arreglo de las cosas terrenas, depende también de Dios, 11

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