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-Estás muy alegre. - Yo siempre estoy alegre. - ¿Alegre, y vives en esta soledad, en esta choza, haciendo penitencia? Nosotros gozamos de todo y no somos felices. ¿Dónde hallaste la felicidad? - Aquí, en esta cueva, he -encontrado la felicidad. Mirad por ese agujero y veréis un poco de mi felicidad. Y les enseñaba un ventanillo. - Nos has engañado; por aquí sólo se ven ramas de árboles. - Mirad mejor. - Sólo se· ven unas ramas y un trozo de cielo. - Eso, eso - exclamó fuera de sí el anacoreta- ; eso es la causa de mi felicidad. Aplicacion a la vida Una reflexión: La entrada de la eternidad es el momento en que co– mienza a reinar la justicia. Es la hora de la verdad sin tergiversa– ciones ni cubileteas (A. Torres). Un propósito: Pondré siempre un valor eterno en los actos de mi vida temporal. 127