BCCCAP00000000000000000000495

No podía ser menos en una humanidad cuya Cabeza es Jesucris– to, el primogénito de los niuertos» (Cl 1, 18). San Pablo explica este misterio: «Pero dirá alguno: ¿Cómo re– sudtan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven .a la vida? ¡Necio! lo que tú siembras no nace si no muere . .. Pues así en la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción y resucita en incorrupción. Se siembra en ignominia y se levanta en gloria. Se siembra en fla-. queza y se levanta en poder. Se siembra cuerpo animal y se levanta nterpo espiritual» (1 Co 15, 35-44). Pero los malos no resucitarán en las mismas condicio– nes que los buenos. «Cuantos están en los sepulcros -dijo Jesús- oirán la voz del Hijo del Hombre, y saldrán los que han obrado el bien para la resurrección de la vida, y los que han obra– do el mal para la ·resurrección del juicio» (J n 5, 28-29). El cuerpo de los buenos tendrá en la resurrección las cuatro cua- lidades siguientes, según se dice en la Sagrada Escritura: 1) Impasibilidad: No sufrirán ya ninguna molestia. 2) Claridad: Indica la gran belleza de que estarán adornados. 3) Agilidad: El alma tendrá tal dominio sobre el cuerpo, que el movimiento corporal responderá a cualquier deseo del espíritu, yendo rapidísimamente de un lugar a otro. 4) Sutileza: Es una cierta espiritualización del cuerpo, que po– drá penetrar por cualquier parte. El cuerpo de los malos no tendrá ninguna de estas cualidades y será arrojado en el infierno para siempre. 5. EL INFIERNO Es dogma del cristianismo aue existe un infierno eterno, lugar y estado en el que los condenados padecerán siempre terribles tor– mentos. Dios, en su primera intención, quiere que todos se salven, con– siguiendo la felicidad eterna. Pero como est1 felicidad se ha de conseguir libremente, exis– ten hombres que voluntariamente tuercen su camino. Para los que muer=n en esa condición, Dios ha tenido que hacer el in– fierno. 123

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz