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que ninguna otra Iglesia: Pues los católicos sumamos 490 millone_s distribuidos por todas las partes del mundo. Los cismáticos son 128 millones, casi todos ellos en Europa oriental y Asia Menor; los luteranos, 71 millones, casi todos ellos en Europa central; los reformados, aunque son globalmen– te unos 90 millones, no pasan en ninguna de sus ramas impor– tantes de 20 millones; los anglicanos son 35 millones, la ma– yoría en Inglaterra. 4) Apostólica: Porque desciende de los apóstoles en sucesión ininterrumpida, haciendo Pablo VI el número 263. de los sucesores de San Pedro en Roma. De las demás Iglesias, sólo la cismátin tiene sedes de origen apostólico: Antioquía y Alejandría; pero no consta de su su– cesión ininterrumpida. Y aunque la tuvieran, les faltan las demás notas para ser verdadera Iglesia de Cristo. 4. IDEA DEL PROTESTANTISMO Protestantismo es el nombre que se da a las comunidades de cris– tianos que, siguiendo a Martín Lutero, ·se rebelaron contra la Iglesia Católica con pretexto de reformarse. Se les llama protestantes por la protesta oficial que hi– cieron contra la decisión de los príncipes católicos tomada en Espira (año 1529) y que ponía restricciones a la predi– cación de los protestantes. Después de la rebelión de Lutero en Alemania - que fue exco– mulgado definitivamente en 1521 por León X- , Calvino en Francia rompió con la Iglesia católica en 1533. Pero tuvo que huir de Francia y terminó haciéndose jefe del protestantismo en Ginebra (Suiza). Poco antes, en 1531, el rey de Inglaterra, Enrique VIII, se pro– clamó jefe de la Iglesia de su reino, rechazando la autoridad del Papa. Enrique VIII había escrito contra Lutero, defendiendo la fe católica. Pero cuando el Papa Clemente VII no accedió a su pretensión de divorciarse de su legítima esposa para casarse con Ana Bolena, lo hizo él por su cuenta negando la autoridad papal. Razón de la rebelión protestante: La razón última de la. rebelión protestante no fue otra que la soberbia frente a la autoridad eclesiástica de la que no se quería de– pender. Luego se fueron encontrando todas las excusas posibles. En el caso de Lutero y Enrique VIII influyó no poco el ansia de dar rienda suelta a la pasión de la lujuria sin que ' ninguna autoridad eclesiástica pudiera poner freno. 101

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