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El matrimonio es fundamentalmente un contrato natural entre el hombre y la mujer. Es sacramento cuando tal contrato se verifi– ca entre cristianos. Los no cristianos se pueden casar legítimamente, pero su matri– monio no es sacramento. 2. MATRIMONIO Y VIRGINIDAD Virginidad significa aquí renuncia al matrimonio por amor del reino de los cielos. Una renuncia semejante posee tal valor sobrenatural que, para el cristiano, el estado de virginidad es superior y más estimable que el estado matrimonial. Pues, como el fin del hombre no es terreno, sino sobrenatural, es también más perfecto desocuparse de las cosas no necesarias de este mundo para que toda la atención vaya hacia el Señ1.r. Así. lo escribe San Pablo: ((El célibe (no casado) se cuida de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado ha de cuidarse de las cosas del mundo, de cómo agraG.ar a su mujer, y ~sí está dividido . .. Esto os lo digo para vuestra conveniencia, no para tenderos un lazo, sino mirando a lo que es mejor y os per– mite uniros más al Señor, libres de impedimentosn (1 Co 7, 32-35). Además, la virginidad renuncia al placer del amo¡ matrimonial y de los hijos, quitando el sentido humano a la vida y dándole un sentido puramente sobrenatural. Todos los cristianos, aunque personalmente se sientan llamados al matrimonio, tienen que estimar como bien superior aI matrimonio la entrega virginal a Dios. La virginidad, sin ser un sacramento más, es la expresión de la unión íntima con Cristo que se verifica por la Eucaristía. 3. MATERIA Y FORMA DEL MATRIMONIO - La materia del sacramento del matrimonio es la ;nateria del con– tráto matrimonial, es decir, la mutua entrega é' 1: [ hombre y de la mujer como marido y esposa respectivél l}- 1 E n.te, que se rea– liza con las palabras del contrato. - La forma es la mutua aceptación de la entrega. 4. MINISTRO Y SUJETO Ministros y sujetos del sacramento de] matrimonio son los con– trayentes mismos, pues ellos son los que se unen, significando la gracia de unión entre Cristo y la Iglesia. 96