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11 LA UNCION DE LOS ENFERMOS La gracia de Cristo no desampara al hombre en ninguna cir– cunstancia. Y mucho menos en las circunstancias difíciles de la enfermedad grave, en que también el espíritu decae con la pérdida de las fuerzas corporales. El signo especial de su gracia para el momento de las do– lencias humanas lo dejó la misercordia del Señor en el sacra– mento de la Unción de los enfermos o Extremaunción. Este sacramento es el signo y la causa de la gracia que el hombre necesita en los momentos difíciles de la enfermedad. El Concilio de Trento llama a la Unción de los enfermos sacra– mento consumativo de la penitencia, y también de toda la vida cristiana, que ha de ser una continua penitencia. Es como el auxilio o defensa de que Dios provee a los cris– tianos cuando su vida está en peligro. Pues si el diablo, nues– tro adver~arw siempre «anda como león rugiente buscando a quien devorar » (1 J:"> 5, 8), redoblará sus esfuerzos para perder– nos cuando nos vea más débiles y, quizás, a punto de acabar la vida. l. QUE ES LA UNCION DE LOS ENFERMOS La Unción de los enfermos es el sacramento que, por las uncio– nes y la oración del sacerdote, alivia el alma y el cuerpo del cris– tiano gravemente enfermo. Se llama consumación o perfección de la penitencia por estar ordenado a poner al hombre en tal estado de gracia, que se le bo– rren las consecuencias del pecado perdonado por la penitencia. Se le llama ce extrema unciórn> ( = última unción) por ser pos– terior a las demás unciones que el cristiano recibe en el bautis– mo, confirmación y orden. El Evangelio no . dice expresamente cuándo instituyó Jesucristo 81

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