BCCCAP00000000000000000000494
Antes bien, el dolor de la confesión ha de ser: - interno: un acto de la voluntad detestando el pecado con toda el alma (no basta decir una oración sin pen– sar en lo que se dice); - sobrenatural: es decir, ::eferido a Dios nuestro Padre, sea por amor, sea por temor a su castigo (no bastan los motivos naturales de vergüenza, de rabia, etc.); - máximo: considerando que el pecado es el mayor mal que puede acontecernos y que estaríamos dispuestos a pasar por todas las demas desgracias antes que volver a cometer un pecado grave; - - universal: ha de ser dolor no sólo de un pecado, sino de todos los pecados mortales cometidos, aunque no se recuerden algunos. También es necesario el dolor en las confesiones en que no se tienen pecados mortales. El penitente tiene que dolerse al menos de algún pecado de los que se acusa, sea venial, sea mortal ya per– donado en otra confesión. 4. PROPOSITO DE LA ENMIENDA Y CONDICIONES DEL MISMO Propósito de la enmienda es una firme resolución de no volver a pecar (Catecismo, n. 263). El propósito es una consecuencia del verdadero dolor. El Evangelio nos cuenta cómo Jesucristo, después de perdonar los pecados, solía decir: « Vete y no quieras pe– car más». Así se lo dijo a la mujer .adúltera (J n 8, 11), al enfermo de la piscina (J n 5, 14) ... Condiciones del buen propósito: Para un buen propósito no basta pensar flojamente en un «querría no volver a pecar». El propósito ha de ser un acto : - Firme: de manera que el penitente esté dispuesto a evitar el pecado, aunque tenga que sufrir cualquier otro mal. - Universal: El penitente debe proponer no sólo no volver a cometer pecados como los confesados, sino renunciar a cualquier clase de pecado mortal. - Eficaz: Se requiere que la voluntad desee de verdad poner todos los medios para no volver a pecar, estando dispuesto a evitar· las ocasiones que sabe le suelen llevar al pecado. 15
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz