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humildemente lo que se encontró en el examen, sin esperar a que él tenga que preguntarlo todo. 2. EL DOLOR DE LOS PECADOS Y SUS CLASES Dolor de los pecados es un sentimiento espiritual de pena por haber cometido el pecado. Hay dos clase, de dolor: - Dolor de perfecta contrición: es el dolor del pecado, motiva– do por el amor que el alma siente hacia Dios. Se excita al conside– rar lo bueno que es Dios, más digno de ser amado que todas las cosas; e] Padre más bondadoso, que nos ha amado hasta hacerse hombre y morir por nosotros. Según el Catecismo, n. 264: «Dolor de contrición es ~n sen– timiento o pena de haber ofendido a Dios por ser El quien es, Bondad infinita, digno de ser amado sobre todas las cosasn. - Dolor de atrición (o contrición imperfecta): es el dolor de los pecados motivado por el daño que causan a nuestra alma. Se ex– cita al pensar en la fealdad del pecado, en la ira de Dios que nos puede castigar con el infierno, en lo terrible del castigo eterno ... Según el Catecismo, n. 265: «Dolor de atrición es un senti– miento o pena de haber ofendido a Dios por temor al castigo o por la misnza fealdad del pecadon. Estas dos clases de dolor se distinguen también por el efecto que producen en el alma: - El dolor de atrición basta para confesarse bien, perdo– nándose los pecados al recibir la absolución. - El dolor de perfecta contrición, si se tiene antes de con– fesarse, hace que se perdonen los pecados mortales en aquel mismo momento, quedando el alma en gracia de Dios (aunque con obligación de confesarse). Todo cristiano ha de procurar hacer con frecuencia el ·acto de perfecta contrición; por ejemplo, antes de dormir, y sobre todo cuando se tenga la desgracia de caer en un pecado mortal. 3. CONDICIONES DEL DOLOR DE LOS PECADOS Las acciones malas pueden traer disgustos de muchas clases. Y por ello es posible que uno sienta el haber pecado por el daño material que su mala acción le causó. No es este dolor material el que se reqüiere para la confesión.