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Este es el cáli z de m i sangre , que sPrá de rramad o por vo– sotros. Decimos que la i\íisa (JS sacrificio parque en ella Jesucristo se ofrece como i•íctima. en reconocimiento de la suprema nzaiestad de Dios, y en repc. . 1 ·:1ció11 de nuestras pecados. (Cate:::ismo. n. 285). El sac~ificio de Cristo es el Único Sélcrificio de la Nueva Ley. Es, por tanto, el sacrificio de todos; y conviene que se realice en todos los "tiempos y en medio. de todos los hombres. Esto es. lo que sucede para nosotros en la Misa, que es repres:!r:– tación y renm·ación del sacrific io ele la Cruz, aunque de modo in– c:-uentó. siendo contínuac ió;-i de la Cena del Señor. La Misa es una inmolación mística en 1..'irtud de la doble consagración. Pues con la consagración del pan y del vino por separado se significa la separación del Cuer– po y de la Sangre de Cristo. La esencia del sacrificio de la Misa está. por la razón dicha, en ]a consagración, aunque se requiere la comunión para que el sa– crificio sea íntegro. 61