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nosotros mismos, menos impedimentos encontrará Jesús para tomar posesión total de nuestra alma y hacernos semejantes a El en el mo– mento de llegar a nosotros en la comunión. La acción de gracias no es otra cosa que la reacción de t~da alma sobrenaturalmente educada ante el abrazo íntimo de Jesús. He– mos de: - adorarle como a nuestro Dios; - darle gracias por su gran amor; -- ofrecerle nuestra vida y nuestra actividad para su ser- vicio; - pedirle que socorra nuestras necesidades y las de todas las personas_que particularmente nos interesan. Así es como la recepción de la comunión nos irá haciendo cada vez más profundamente cristianos, con todas las buenas consecuen– cias que se dicen en la lección anterior al hablar de los efectos de la Eucaristía. La acción de gracias por la comunión ha de prolongarse indefi– nidamente por el recuerdo agradecido de Jesús y el esfuerzo por com– placerle en todas nuestras acciones. ALMA cuaAPO AYUNO EUCARISTICO COMPOSTlJRA '\ 1/ / PREPAflACION PUREZA DE CONCIENCIA BUEHA INTEHCION ~@~ /; 1 \' VIDA PIADOSA ACTOS DE FE, ESPl=AANU. Y CARIDAD ACCION DI! QAACIAS AOORA.CION AGRACECIMIENTO OFRECIMIENTOS PETICIONES 8. CUANDO HAY OBLIGACION DE COMULGAR Todo cristiano llegado al uso de la razón tiene necesidad de co– mulgar alguna vez para conservar la vida espiritual. Lo dijo Jesús mismo: « En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotrosn (fn 6, 53). 55

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