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No hemos de extrañarnos de no entender el misterio. Nos basta que Jesucristo haya dicho del pan eucarístico «esto es mi cuerpo», para creer que efectivamente es el Cuerpo del Señor. Lo QUE DICE EL CONCILIO VATICANO JI: En la fracción del pan eucarístico, participando realmente del cuerpo del Señor, nos elevamos a una compenetración con El y entre nosotros mismos. Porque el pan es uno, somos .muchos un solo cuerpo, pues torios participamos de ese único pan (1 Co 10, 17). Así todos nosotros quedamos hechos miem– bros de su cuerpo (Cf. 1. Co 12, 27), pero cada uno es miem– brc del otro <Rm 12, 5). 6. EFECTOS DE LA EUCARISTIA La finalidad principal de la Eue1ristía es unir y reunir a los fie– les en Cristo. Lo dijo El: «El que come mi carne y bebe mi sangre está en Mí y yo en éln (J n 6, 56). Y la idea dominante de las palabras del Señor en la Cena fue la unidad en el .amor de todos los que creyeran en El. De esta unidad con Cristo., que se verifica en la Eucaristía, na- cen los siguientes efectos para el alma: l. Se aumenta la gracia santificante. «El que come vivirá por Mí» (J n 6, 57). 2. Se verifica la unión fraterna entre los fieles. «Porque el pan es uno, todos los que participamos de ese único pan formamos un solo cuerpo)) (1 Co 10, 17). 3. Libra de los pecados veniales y preserva de los mortal?s. Lo mismo que la comida material restaura las deficiencias orgá– nicas y da fuerza para defenderse de los enemigos de la vida. 4. Debilita las fuerza de las malas pasiones. Porque al aumentar la familiaridad con Cristo disminuye el in– terés por las cosas terrenas. 48

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