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- - Es sacramento, porque está presente para ser nuestro alimento espiritual. Jesucristo empieza a estar presente en la Eucaristía en el mo– mento de la consagración de la Misa. (Catecismo, n. 278). En la hostia consagrada se halla el Cuerpo de Cristo, junto con su sangre, a!Jna y divinidad. Pues la sustancia de pan se convierte en el cuerpo real de Jesucristo como está actualmente en el cielo : glorioso y unido a la sangre, alma y divinidad. En el cáliz, después de la consagración. se halla la Sangre de Cris– to, pero unida a su cuerpo, alma y divinidad. Pespués de la consagración no queda pan y vino, sino sólo las especies o accidentes del pan y del vino, o sea, lo que perciben los sentidos, como la figura, el color, el olor, el sabor, etc., (Cate– cismo, 3."r grado, n. 493). Estas especies o accidentes pertenecen al sacramento de la Eu– caristía, siendo el signo sensible de la presencia de Cristo. 5. LA TRANSUBSTANCIACION La conversión del pan y del vino en el Cuerpo y en la Sangre de l esucristo se llama transubstanciación. (Catecisco, 3.cr · grado, n. 495). La transubstanciación - o conversión de la sustancia del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo- es un misterio, que no puede compararse con ninguna de las cosas conocidas por nuestro entendimiento. Pero no es un absurdo, pues Dios, que crea la sustan– cia, bien puede cambiar una en otra de un modo sólo a El posible. fesucristo está todo entero en todas y cada una de las partes de la Eucaristía. (Catedsmo, n. 283). Si se párte la hostia no se parte o divide l esucristo, sino que queda todo entero en todas y cada una de las partes. (Catecismo, 3.•,r grado, n. 497). - El modo de estar Cristo en la Eucaristía es misterioso. No es igual a nuestro modo de estar en el e~pacio material. El cuerpo glo– rioso de Cristo está todo entero en todas las partes de las especies consagradas. (Porque cada parte consagrada y divid-ida significa todo el cuerpo o toda la sangr(! del Señor, le contiene por entero). 47