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Se ha de emplear agua consagrada con óleo y crisma, aunque vale también agua sin bendecir. El modo de la ablución es derramar el agua sobre la cabeza del que es bautizado diciendo al mismo tiempo las palabras de la forma. Antiguamente era más ordinario sumergir en el agua al que se bautizaba. En este bautismo por inmersión es más patente el simbolismo de la muerte y sepultura con Cristo de que habla San Pablo a los Romanos. -La forma -o palabras que dice el ministro al derramar el agua– es la siguiente: «Yo te bautizo en el nombre det Padre y del Hi;o y del Espíritu Santo». 4. MINISTRO Y SUJETO DEL BAUTISMO El ministro ordinario del bautismo es el sacerdote. Pero en caso de necesidad puede bautizar cualquier hombre o mujer que tenga uso de razón y ponga intención de hacer lo que hace la Iglesia. Sería. por tanto, bautismo vei·dadero el administrado con re:::ta intención por una persona que no fuese cristiana. El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
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