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LECTURA Como los vencejos San Francisco de Sales, hablando del hombre en sus relaciones con la gracia, hace uso de un3. historia natural ingenua sobre los vencejos. · Vosotros habéis visto esos pájaros negros que al comenzar el estío rubri– can con sus alas rapidísimas el firmamento y 'vuelan incansables alrededor de las torres de las iglesias. Esos pájaros, que Aristóteles llama ápodos ( = sin pies), tienen las patitas tan cortas y las alas tan largas, que si por cual– quier circunstancia adversa caen al suelo, ya no pueden emprender el vuelo. Los chicuelos los persiguen y ellos dan vueltas por el suelo revolcándose in– útilmente por el fango. Pero si logran ponerse sobre una piedra, esperan allí el impulso del vien– to. El viento sopla y los eleva; el!os entonces, sobre las alas del viento, ex– tienden las suyas y vuelven a reconquistar el espacio perdido. Así, el hombre dejado a su propio impulso no puede elevarse a las altu– ras de la vida sobrenatural. Necesita el impulso del Espíritu Santo. Por sí sólo el hombre no puede volar; se revuelca inútilmente en el fango y es lu– dibrio de todos los enemigos que le persiguen. El soplo de la gracia es lo que le eleva a las alturas de Dios y de la vida eterna. 16 Aplicacion a la vida Una reflexión: Me entusiasma la compañía de los muchachos sana– mente alegres, de los que siempre están dispuestos a ayudar a los otros. Veo en Cristo el mejor compañero. Nos da la alegría de una vida nueva; nos lleva con El a casa de su Padre, a la felicidad del cielo. Serle fiel es cuestión de vida o muerte. Un propósito: Seré fiel a Cristo no matando la vida que me dio en el bautismo. Seré fuerte contra el mai para no traicionar a mi me– jor compañero.

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