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néreo fuera del matrimonio (recordar la explicación del sexto mandamiento de la Ley de Dios). El placer del cuerpo tiene una finalidad determinada (sustentar– se, procrear hijos) y ha de atenerse a las normas que exige su finali– dad. No es pecado el placer sino cuando es desordenado. 4. CONCEPTO DE VICIO . Vicio es lo contrario de la virtud, es decir, una disposición inte– rior del espíritu para obrar mal en una cosa determinada. Por ejemplo, tiene el vicio de la pereza, no el que un día por casualidad se queda más tiempo en la cama o hace descuidada– mente su trabajo, sino el que por sistema es incapaz de hacer cosa alguna con diligencia. Los vicios se adquieren, por tanto, con la repetición de los mis• mos pecados, que, al hacerse costumbre, son más difíciles de des– arraigar. Nada hay más triste que la situación de un hombre es– clavo del yicio, sin fuerza para resistir aun cuando vea el mal que le causa. 5. LOS PECADOS CAPITALES Se llaman pecados capitales (o vicios capitales) aquellas malas dis– po~iciones que son como el origen de donde brotan todos los de– más pecados. La inclinación al mal es algo que más o menos se en– cuentra en todos los hombres, como consecuencia del pe– cado original; pero no es pecado ninguno mientras el hombre no se deje arrastrar por ella. Esta inclinación se manifiesta en esos pecados, raíz de todos los desórdenes o pecados de los hombres, y que se llaman por est.o pecados capitales. Son siete: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pe– reza. 116 San Juan los reduce a tres: «C:oncupiscencia de la carne (lujuria), concupiscencia de los ojos (avaricia) y or– gullo de la vida (soberbia)» (I J n 2, 16)~

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