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Dios te sal– ve, María, llena de grc– cia. ludo de Isabel cuando María fue a visitarla: l< Bcndita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el frut o de tu v ien tre (Jesús) )) (Le 1, 42). Después la Iglesia ha añadido una súplica pidiendo a la Virgen que ruegue a Dios por nuestro bien especialmente espirtual: (( Sari– ta_María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén». A la Virgen le tiene que ser muy grato escuchar esta oración de labios de sus hijos. 7. OTRAS ORACIONES Existen en la Iglesia otras fórmulas para 0 I"ar a Dios, a la Vir– gen y a los santos. Es universal en la Iglesi a el rezo de la Salve, que se dice fue compuesta por el español San Pedro Mezonzo (s. x). Como oración de penitencia por los pecados es recomendabíe la Confesión general (o Y o, pecador) y el Acto de contrición (o Señor mío, Jesucristo) . 107

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