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Dios quiere que le hablemos diciéndole lo que sentimos y pidién– dole lo que le necesitamos. Y quiere también que le escuchemos atentamente, meditando sus palabras, que conocemos por la Sagra– da Escritura y por la predicación de la Iglesia. 2. CLASES DE 0RACION La oración puede ser: - Mental: que se hace con sola la mente, es decir, con actos in– ternos del pensamiento y del amor. Se puede pensar en lo bueno que es Dios para nosotros dándo– nos todo cuanto tenemos, sufriendo en la Cruz para salvarnos del pecado y así llevarnos a la gloria eterna. De este pensamiento sur– gen actos de amor a un Dios tan bueno; propósitos de preferirle a El antes que a cualquier cosa creada; peticiones para que nos ayu– de con su gracia en las dificultades de la vida. - Vocal: que se hace con la boca, pronunciando oraciones que se dirigen a Dios y a ]os Santos. La mente ha de acompañar en lo posible el sentido de las pala– bras, pues recitar oraciones sin pensar en lo que se dice no tiene valor alguno. La oración i•ocal se divide en pública y privada. •a) Es oración pública la que tiene un valor oficial eclesiástico, como la santa Misa y el Oficio Divino, que los sacerdo– tes recitan en nombre de ]a Iglesia. b) Es oración privada la que no tiene ese valor oficial recono– cido por la Iglesia y que recitan los fieies en particular, aunque lo hagan muchos juntos. por ejemplo, el santo ro– sario, novenas y otras preces. Aunque no sea oración pública oficial, tiene un valor especial ante Dios la oración en común, según lo testifica el Sefior: «Donde están dos o tres congregados en mi nombre. allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20). 3. NECESIDAD DE LA ORACION Y SUS CONDICIONES Tenemos obligación de orar porque Jesucristo nos lo manda y porque es el medio ordinario para alcanzar la gracia y los be– neficios de Dios. (Catecismo, n. 237). 103

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