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EL OCTAVO MANDAMIENTO 18 Además de los bienes materiales, el hombre posee bienes esp1n– tuales, como su fama y honor, más estimables que todas las riquezas. «Más que las riquezas vale el buen nombre», dice la Sagrada Escri– tura en el libro de los Proverbios (21, 1). Y Sa¡1 Agustín llama asesino de almas a quien mancha la fama de los demás. El octavo mandamiento defiende los bienes espirituales del pró– jimo: el derecho a la fama y el derecho a que se le diga la verdad. Este mandamiento tiene una gran importancia social. Sin el respeto mutuo y la consideración al buen nombre, al honor y a la verdad, sería imposible toda convivencia pacífica. l. LO QUE MANOA Y PROHIBE EL OCTAVO MANDAMIENTO ,¿Qué nos manda el octavo mandamiento? - El octavo mandamiento nos manda decir la verdad y respetar la fama del prójimo. ,¿-Oué prohibe el octavo mandamiento? - El octavo mandamiento prohi– be la mentira, la calumnia, la maledicencia o difamación, el falso tes– timonio, el juicio temerario y toda ofensa contra el honor y la fama del prójimo. (Catecismo, nn. 154-155.) Manda: a) decir la verdad; b) respetar la fama y el honor del prójimo. Prohibe: a) En general: los actos internos y externos contrarios a la verdad, a la fama y al honor del -prójimo. b) En particular: - contra la verdad: la mentira, el falso testimonio (y la violación de secretos); - contra la fama: la calumnia, la maledicencia y el juicio teme– rario; - contra el honor: la contumelia. :2. LA VERACIDAD Veracidad es la virtud por la que se está dispuesto a decir siempre fa verdad y a manifestarse al exterior tal como se es interiormente. Es veraz el que no dice ni hace las cosas de distinto modo a como las -piensa en su interior. ,Pero no siempre se ha de decir todo lo que se piensa. A veces será preciso callar por caridad o por prudencia. La veracidad se manifiesta en dos virtudes muy apreciables social– mente: _ la sinceridad: que huye de la doblez y Heva a que uno se manifieste ex– teriormente ,tal cual es; 94