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de alguna manera a . qué nac10n o a ,qué asociac1on pertenecemos. Este · es el sentido de fas banderas, emblemas, actitudes, etc., que son distin– tivos de una condición social que se acepta con orgullo. También los cristianos buscaron una señal distintiva. La señal del cristiano no podía ser otra que la santa Cruz, ya que en ella se verificó nuestra redención. La Cruz es sin duda alguna el signo que mejor nos va a los cristianos. Dice San Pablo que «los judíos piden señales, los griegos buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, locura para los gentiles, mas pod~r y sabiduría de Dios para los llamados» (1 Co. 1, 22-24 ). La Cruz de Cristo significa también para el cristiano muerte a las cosas terrenas y vida para Dios. Pues nos dijo el Señor: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» «Mt. 16, 24). 5. USO DE LA SEÑAL DE LA CRUZ El uso de los signos exteriores tiene como fin, además de expresar el sentimiento interior, enardecer también el espíritu frente a una idea. Así se excitan los sentimientos patrióticos cuando se enarbola la bande– ra patria a los acordes del himno nacional. Por esta razón los fieles cristian.os han usado de su señal o bandera en las formas más diversas. Una de esas m~mera~ es la sePial de la Cru z a modo de gesto, que se hace al signarse y al santiguarse. Hacer -la señal de la Cruz en las ocasiones más decisivas de la jor– nada-como nos aconseja -el Catecismo-es un modo de llevar a la prác– tica el consejo de San Pablo: «Cuanto hacéis de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús» (CL 3, 17). « Ya comáis, ya bebáis o ya hagáis cualquier cosa, hacedlo todo para glo~ ria de Dios~> (f Co. 10, 31). 7

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