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La castidad es una virtud excelente y digna de los mejores elogios: - Jesucristo siente una predilección especial por las almas puras. - Es una de las vir•tudes donde mejor se manifiesta que preferimos el que--, rer de Dios antes que nuestro gusto. - Mantiene en el individuo claridad de inteligencia y energía de voluntad•. 3. RESPETO AL PROPIO CUERPO Nuestro cuerpo merece todo respeto y consideración. Todo él es obra. de Dios, y por la gracia se convierte en templo del Espíritu Santo. Un especial respeto hemos de sentir hacia el misterio de la vida y hacia las facultades de la procreación, que tienen su función propia según la vo– luntad de Dios. Este respeto exige: el dominio del instinto sexual para no dejarse arrastrar por su impulso cuando vaya contra el fin que Dios tuvo al concedérnoslo. Según los planes de Dios, sólo en. el matrimonio es lícta y buena la acti– vidad sexual dentro de sus justos límites. Fuera del matrJmonio la actividad sexual es pecaminosa. Por lo que es; ·-necesario guardar perfecta pureza en pensamientos, deseos, palabras y obrasr 4. PECADOS CONTRA EL SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTOS ¿Quiénes pecan contra la pureza? - ,Pecan contra la pureza los que con– sigo o con otros cometen acciones deshonestas, y los que voluntaria– mente s-e ponen a sí mismos o ponen a otros en peligro de cometerlasr ¿ Cuándo son pecados los pensamientos y deseos impuros? - Los pensa– mientos y deseos impuros son pecados cuando la voluntad se com-· place en ellos; pero no son pecado si la voluntad no los consiente y procura rechazarlos. ( Catecismo, nn. 147-164.) El pecado de impureza consiste en emplear la facultad sexual contra su finalidad, buscando el placer sexual fuera del orden establecido por Dios en el matrimonio. Los pecados de impureza son en sí pecados graves. Dice San Pablo: «Na os engañéis, ni los fornicarios, ni los adúlteros, ni los afeminados poseerán: el reino de los cielos» (1 Co. 6, 9-10). «Los pecados contra la pureza, cometidos con pleno conocimiento y con– sentimiento, son siempre graves» (Catecismo, tercer grado, n. 268). Modos del pecado de impureza: Pensamien.tos, deseos, palabras y obrasr -1. Pensamientos: Se llama pecado de pensamientos impuros, cuan-· do uno se complace voluntariamente en la imaginación de cos::ts– impuras. El simple pensar en cosas torpes no es en sí pecado. Pero existe el peli– gro d~ complacencia pecaminosa, y por eso ha de haber algún ·motivo justifi– cado para admitir deliberadamente tales pensamientos. 86

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