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nos hace hijos de Dios y herederos del cielo. Se pierde por el pecado mortal. a) El cuidado y conservación de la vida del cuerpo es un deber: - Hay que observar la debida higiene, especialmente moderándose en e] comer y beber, cuidando que estén en buenas condiciones la vivienda, el vestido ... b) También es una obligación el esfuerzo por desa1~rollar las facultades es– pirituales, adquiriendo una cultura suficiente para cumplir bien la propia tarea en la vida; y ejercitando la voluntad para cumplir el bien. e) Sin embargo, la vida que más interesa conservar y desarrollar es la vida sobrenatural de la gracia. Todas las demás preocupaciones han de estar al servicio de esta vida, que es la que nos introduce en la salvación eterna. 3. PECADOS CONTRA LA PROPIA VIDA CORPORAL ¿Quién peca contra sí mismo en el quinto mandamiento de la Ley de Dios? - Peca contra sí mismo en el quinto mandamiento de la Ley de Dios el que se quita la vida o se mutila, la pone en peligro sin necesidad, se embriaga, y por desesperación se desea la muerte. ( Catecismo, n. 140.) l. El suicidio: consiste en causarse la muerte a sí mismo intenciona– damente. Es un pecado gravísimo que va contra el derecho que Dios tiene so– bre nuestra existencia. El que intenta quitarse la vida, suele hacerlo por desesperación. Es un aoto de c<;>bardía ante las contrariedades de ·la vida. Indica además que se ha perdido el sentido cristiano de ola vida y la fe en Dios. 2. La mutilación: consiste en privarse voluntariamente de algún miem– bro corporal. La mutilación es pecado siempre que no se haga para conservar o recobrar la salud del cuerpo. 3. Los atentados contra la propia salud: Es pecado grave arruinar la propia salud con uso de estupefacientes, embriagueces, etc. Tampo– co es lícito abreviar intencionadamente y sin motivo la propia vida. Pero sí es lícito cuando hay causa proporcionada, v. gr., trabajando en oficios peligrosos para ganarse la vida, como en fábricas de cemento, minas, etc. · 4. La embriaguez: consiste en tomar bebidas alcohólicas por mero pla– cer, hasta perder de modo antinatural el uso de la razón. - Es pecado grave la embriaguez que, sin motivo justificado, hace perder la conciencia de lo bueno y de lo malo. - Es pecado venial, cuando se bebe excesivamente sin perder el uso de la razón. 5. El deseo de la propia muerte: Desearse la muerte por un motivo pe– caminoso (v. gr., por cobardía, desesperación ... ) puede ser pecado, y hasta pecado grave. 8J
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