BCCCAP00000000000000000000493
Promulgación del Decálogo. 2. ORIGEN DE LOS MANDAMIENTOS El autor de los mandamientos es Dios. De tres modos' ha impuesto Dios a los hombres los mandamientos de su Ley: Los imprimió en la conciencia al hacer al hombre inteligente y' capaz de obrar el bien y aborrecer el mal. A esto se llama Ley natural. Los promulgó en el monte Sinaí y los entregó a Moisés escritos en las tablas de la Ley. Los confinnú por boca de su Hijo Jesucristo, que dijo: «No penséis que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. No he venido a su– primirla, sino a perfeccionarla» (Mt. 5, 17). Y la perfeccionó dando un espíritu nuevo a las exigencias de Dios. La Ley se ha de cumplir más por amor del Padre Dios que por temor a sus castigos. 3. DIVISION DE LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS Los Mandamientos se suelen dividir atendiendo a los deberes que imponen: Deberes para con Dios: Los tres primeros mandamientos nos obli– gan a amar a Dios, a respetar su nombre y a dar testimonio ex– terior de ese amor y ese respeto a Dios, santificando las tiestas. Deberes para con el prójimo: Los otros siete mandamientos exi– gen respeto para la propia familia y para los bienes espirituales y materiales de los demás. (El espíritu cristiano pide que ese res, peto y servicio a los demás se haga con amor.) 63
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz