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EL LIMB.O ·y EL CIELO 11 Dios quiere para todos la bienaventuranza, el cielo. Todos llevamos el seHo de tan maravilloso destino. Nuestro corazón estará siempre in– quieto mientras no descanse en Dios-según el ¡pensamiento de San Agustín-. Pero este descanso en el seno de la vida divina es un don gratuiro, pura misericordia del Dios bueno. B Señor no está obligado a concedernos su gracia ni su gloria. Y. quien no habiendo recibido el bautismo muriera con el pecado original solamente, no podrá entrar en el cielo, aunque tampoco será castigado con ]os tormentos del infierno. l. EL LIMBO: QUIENES VAN AL LIMBO El limbo es el estado o lugar definitivo de los que mueren con el pe– -cado original solamente. - Por no tener la gracia no pueden ver a Dios ni entrar en el cielo. Por no tener pecado mortal personal, Dios no los condena a las pe– nas del infierno. El fo- · al limbo es una desgracia, pues equivale a no conseguir el fin últi– mo, la felicidad del cielo.. Por esta razón es preciso bautizar· .prortto a los rúños, .para que se les asegure la entrada en el cielo,. que es el único sitio de felicidad perfecta. 2. EL CIELO ¿Qué es· el cielo? - El cielo es el lugar donde los buenos viven con Dios eternamente felices. (Catecismo, n. 106.) ·,¿En qué consiste la felicidad del cielo? - La felicidad del cielo consiste en ver a Dios cara a cara gozando de su infinito Bien. (Catecismo, tercer grado, n. 186.) El cielo ( o la gloria) es el lugar y estado en que se vive la misma vida de Dios en perfecta felicidad. Tal es el fin último para el que Dios creó a los hombres. El cielo será Ja reunión de todos fos bienes sin mezcla de mal alguno. Según San Pablo es algo tan excelente que «ni ojo vio, ni oído oyó, ni vi1W a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Co. 2, 9). 57

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