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2. . INMACULADA CONCEPCION ¿Heredó también la Santísima Virgen el pecado original? - La Santísi– ma Virgen no heredó el pecado original, sino que, por singular privi– legio, por los méritos de Jesucristo, fue inmaculada desde el primer instante de su concepción. (Catecismo, n. 61.) El pecado original es una mancha de la humanidad que todo hom– bre contrae en el mismo momento de su concepción, es decir, al empe– zar a ser ·persona humana. Pero esta mancha no pudo llegar a María, pues ella era la destinada a ser Madre de Aquel que quebrantaría la cabeza de la serpiente diabó– lica contrarrestando el efecto del pecado original. Inmaculada Concepción quiere decir que la Virgen no fue nunca esclava de Satanás por el pecado, sino que desde el primer instante de su existencia poseyó la gracia santificante que la hacía amiga de Dios. Este privilegio de María se debe a los méritos de Cristo, por estar destinada a ser su Madre. En dos pasajes de la Sagrada Escritura se funda nuestro conocimien– to de la Inmaculada Concepción de María: - En la sentencia de Dios contra el diablo después del pecado de los primeros padres: «Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza» (Gn. 3, 15). Aquí se anuncia la victoria de Cristo sobre el diablo, diciendo que será hijo de una mujer que tendrá perpetua enemistad con el demonio. Si María hubiera tenido· pecado original, su enemistad con el diablo no hubiera sido perpetua. - En el saludo del Angel al anunciar a María la Encarnación: «Dios te salve, llena de gracia, el Seiíor es contigo» (Le. 1, 28). María, pues, tiene una plenitud de gracia que la dispone a ser Madre de Uios. Esta plenitud no sería total si el pecado original hubiera estado alguna vez en su alma. El dogma de la Inmaculada Concepción lo definió P.ío IX el 8 de di– ciembre de 1854. Los cristianos siempre pensaron lo mejor de María. Algunos teólogos encontraron dificultad para admitir la Concepción In– maculada de María, pensando que si no tuvo pecado original no pudo ser redifnida por los méritos de Cristo. Pero el teólogo franciscano Juan Duns Escoto solucionó magistralmente la dificultad: Cristo redimió a María del modo más perfecto preservándola del pecado original, mien– tras que los demás hombres somos librados después de contraerlo. 3. PERPETUA VIRGINIDAD DE MARIA A María se la llama V irgúz, porque conservó perpetuamente su vir– ginidad, antes del parto, en el parto y después del parto. Por consiguiente, no tuvo más hijos que .Jesús. Y Jesús fue concebido de modo extraordinario por obra dei Espíritu Santo. Y nació de modo extraor– dinario, como convenía al Hijo de Dios. San José únicamente fue su padre adoptivo. 38
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