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- hombre, para poder merecer el perdón ante Dios; - Dios, para que su mérito tuviera un valor infinito. Por tanto, la humanidad, después del pecado, necesita una redención que sólo Jesucristo podía realizar. 2. COMO NOS REDIMIO JESUCRISTO ¿Cómo nos salvó Jesucristo? - Jesucristo nos salvó padeciendo y mu– riendo en la Cruz. ¿P..lra qué quiso Jesucristo padecer y morir en la Cruz? - Jesucristo quiso padecer y morir en rla Cruz para redimirnos del pecado y li– brarnos de la muerte eterna. ¿Cómo nos redimió Jesucristo? - Jesucristo nos redimió ofreciendo el sacrificio de su vida ,en 1a Cruz, para obtener el perdón de nuestros pecados y devolvernos la gracia y amistad de Dios. (Catecismo, nn. 71-73.) Jesucristo, como Dios y como Cabeza también de la humanidad, tenía más poder para salvar al mundo que el que tenía Adán para perderle. Cualquier acto suyo, como la más pequeña súplica al Padre, poseía un mérito infinito, capaz de aplacar a Dios por las ofensas de todos los h ombres. Sin embargo, quiso redimirnos tomando sobre sí la mayor de la, nzi– serias humanas después del pecado: el sufrir y morir. Y de este modo obró nuestra redención especialmente con su Pasión y Muerte de Cruz. Y a el profeta lsaías anuncia la redención por el dolor y la muerte del Mesías: «Fue traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados ... Ofreciendo su vida en sacrificio por el pecado... » (Is. 53, 5-10). Jesucristo en ,la institución de la Eucaristía, dice: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros» (Le. 22, 19). «Esta es mi sangre del Nuevo Testamento, que será der,ramada por muchos para remisión de los. pecados» (Mt. 26, 28). San Pablo dice muchas veces que Cristo murió por nuestros pecados (v. gr. 1 Co. 15, 3). Y San Pe dro escribe a los fieles: «Habéis sido rescatados con la sangre preciosa de Cristo» (1 P 1, 18-19). La muerte redentora de Cristo, además de liberar a los hombres del poder del diablo y del pecado, fue: - un sacrificio, que aplacó la ira divina, reconciliando ·así a los pecadores con· Dios; - una compensación {satisfactoria) por la injuria cometida contra El; - un mérito, que nos hizo acreedores al cielo. La obra de Cristo fue, pues, redención, sacrificio, satisfacción y mérito. 32

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