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los hijos' ... A Adán le dijo: 'Por haber escuchado a tu mujer, comiendo del árbol de que te prohibí comer diciéndote: no comas de él, por ti será mal– dita la tierra. Con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida. Te dará espinas y abrojos y comerás de las hierbas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella has sido tomado; ya que polvo eres y al polvo volverás» (Gn. 3,. 16-19). 7. EL PECADO ORIGINAL ¿ Qué es el pecado original? - El pecado original es aquel con que todos nacemos, heredado de nuestros primeros padres. (Catecismo, n. 60.) Por ser Adán representante de todo el género humano, su pecado repercutió en toda la Humanidad. El pecado original es un misterio; pues no solamente consiste en que Adán dejó como herencia a los hombres el castigo de su pecado, sino que nos hizo partícipes de su mismo pecado, haciéndonos a todos peca– dores. Por el acto suyo quedó manchada su alma y el alma de todos los hombres que proceden de él ( a excepción de la Virgen Santísima). A primer.a vista parece una injusticia que todos ·los hombr-es carguemos con la culpa de un acto que no cometimos personalmente. Pero no es injus– ticia; pues nuestro pecado original consiste en la privación de la gracia. Y Dios no está nunca obligado a dar la gracia. El pecado original es un dogma de fe definido por el Concilio de Trento y se encuentra en la Sagrada Escritura, especialmente en San Pablo, que dice en la carta a los Romanos: «Por la desobediencia de él {Adán), todos fueron hechos pecadores» (Rm. 5, 19). 8. CONSECUENCIAS DEL PECADO ORIGINAL EN LA DESCENDEN– CIA HUMANA ¿A quiénes más perjudicó el pecado de nuestros primeros padres? - El pecado de nuestros primeros padres perjudicó también a todos sus des.e-endientes, que quedaron privados de la gracia y de los demás dones. (Catecismo, n. 59.) Las consecuencias principales del pecado original en todos los hom– bres son las -siguientes: 1) Mancha del pecado y enemistad con Dios. 2) Privación de la gracia (es decir, de la vida sobrenatural), sin posi– bilidad de alcanzar-en tal estado-el fin último, que es el cielo. 3) La concupiscencia (o inclinación al pecado), que mu~ve a bus– car el propio placer sin atender a la voluntad de Dios. 4) Ignorancia, o torpeza de entendimiento, que cae fácilmente en el error. A lo cual se une debilidad de voluntad para obrar el bien. 25
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