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Los v1c10s se adquieren, por lanto, con la rerwtición de los mismos pe– cado:s, que al hacerse costumbre son más difíciles de desarraigar. Nada hay más triste que la situación de un hombre csc·lm:o del vicio, sin fuerza para resistir aun cuando vea el mal que le causa. 5.-LOS I·EC\ nos CAPITALES Se llaman 1uwados o yi{•ios ea¡iitah•s aquellas malas disposiciones que son como el origen de donde brotan todos los demás pecados. La iiwlinación al mal es algo que más o menos se encuenlra en lodos los hombres, como consecuencia del pecado original, pero no es pecado ningu– no mienlras el hombre no se deje arrastrar por ella. Esta inclinación se ma– nifiesta en esos pecados, raíz de todos los desórdenes o pecados del hom– bre, y que se llaman por esto 1w<•atlos <•a11italt>!,, Son siete: Soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pneza. San Juan los reduce a tres: «Concupiscencia de la carne (lujuria), con– cupiscencia de los ojos (avaricia) y orgullo de la vida (soberbia)>) (1 Jn 2, 16). G.-IDIU HE t:AIH UXO DE LOS PEL\DOS C\PIT"\LES Y DE LAS VIUTUDES OPFESL\S 1) Solwrbia es el amor desordenado de sí mismo poniéndose por enci– ma de todos. El soberbio piensa que los bienes que tiene los posee por propia virtud y no por gracia de Dios. Es el pecado de los ateos, que no quieren ni Dios ni amo. Sin llegar a este extremo, pecan por soberbia los que creen que lodo lo pueden (presunción), que tienen que ser ellos quienes manden en todo (ambición) y que SE' estiman más de lo que val('n (vanidad). La humildad es la virtud opuesta a la soberbia y rnnsiste en reconocerse uno por lo que en realidad es: por sí mismo sólo pecador y con las cosas buenas rPeibidas de Dios. 2) Avari<>ia es el amor desordenado de los bienes Lerrenns. El avaro piensa que lodo tiene qut• sl'r para él y por !'SO roha, l'H!Jaña lo que pueck. como si no tuviera e11 ('Sil' mundo mús fin que acumular riquezas. La larnul'za o gp1wrosidad es la virtud opuesta a la avaricia y consiste en estar dispuesto a dar de sus propios bienes lo que pida la juslieia y la c;aridad. 3) Lujuria es la disposición interior a satisfacer desordenadamente los deseos venéreos.

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