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a quien hay que honrar y a quien debemos pedir fayores es a :\Iaría. Ella ('S la persona mús digna y poderosa después de Dios, y l'S, ademús, nul's– lra :\ladre espiritual. En l'l ,\ vemaría se honra a la Yirgen ron las palabras mismas con qm• la saludó el arcúngel San Gahric>l rnando le anunció que iba a ser la :\ladre <lel :\ksías: <,Dios le sah-e (:\Iaría), llrna pres de gracia; el Seüor es contigo•> (Le 1, '.28). Y se complela con el saludo de Isabel ruando :\Iaría fue a visi– tarla: <,Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es t>l fruto de tu ,·ienln' (.Jesús)>> (Le l. 12). Despm;s la Iglesia ha aüadido una súplica pidiendo a la Virgen que ruegue a Dios por nuestro bien especialmente espiritual: <<Santa :\Iaría, :\ladre de Dios. ruega por nosotros. pecadores. ahora y en la hora de nues– tra muerte. Améll.>> :\ la Virgen le tiene qul' ser muy grato esrnchar esta oración de labios de sus hijos. G.---OTIUS OIL\CIOl\ES Exislen l'll la Iglesia olras fórmulas para orar a Dios, a la Virgen y a los Sanlos. Es uniwrsal Pn la Iglesia el rezo de la Salve, que Sl' dice fue compuesla por el Pspañol San Pedro :\kzonzo. Como oración de ¡wnitenria por los pecados es recomendable la Conh•– sión !Jt'nNal ( o Yo, pt•t•ador) y el .h•to dt' contrición ( o Señor mío, ,Jpsu– t·risto ). Hay Lambit:·n oraciotH's apropiadas a la preparación y acción de gracias por la connmión, a la recilaci{m del Viacrucis, muchas de las cuales tienen concedidas indulgencias. Todas son provechosas si se las recita bien. 7. -BE\'OCIONES DEL BUEN CRISTIANO Ol•nll'ión Sl' contrapone aquí a obligaci{m y es una oración o ejercicio de piPdad que practiea el buen cristiano librementP. El cristiano Lic1w ohli¡iaeiones: guardar los :\!andamientos de Dios y de la Iglesia, oír :\lisa los domingos, confesar y comulgar, etc. Y el buen cristiano ha de tener deYoc·io1ws, según su manera de sPr. La principal devoción debería ser la :\lisa y la comunión frecuentes y hasta a diario. También se recomienda el Santo Hosario, por estar com– puesto de las dos oraciones principales: el PadrPnuestro y el Avemaría. El buen cristiano alaba a la Santísima Trinidad, presente en su alma por la gracia; reza al lPvantarse y al acostarse, antes de comer; recuerda