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:3) Humilde: diciendo las eosas con sencillez y como uno que se aeusa de haber faltado. el) Intt•nra: confesando todos los pecados que es IH'cesario confesar (como se explica en el número signienlP). ti.--lXTEGIU IU U BE Le\ COXFESIOX h1íl'!JI"Ídad dt• la 1•onfrsió11 es la declaración rompll'la de lodos los peca– dos que es nc•cesario decir al confesor para recibir bien el sacramenlo. La inlegridad ele la confesión exige que Sl' digan Lodos los pecados rnor– lales que no estt'•n confesados o que eslt'·n mal confesados. Se ha de decir la t'last' y núnu•ro clP los pecados. Por ejemplo, no sólo hay que decir rohé t•n mah'ria nran•, si se ha robado l res Vl'Cl's; hay que decir: rob!.' en materia grave Lres vec·l·s. Tambi!.'n hay que confesar las c•irl'unstaiwias que hacen que el pecado tenga más maldad. Por ejemplo, a quien haya robado un cúliz consagrado que vale 10.000 peselas, nn lP hasta que diga: <,rob!.' l'U materia grave una \'CZ•>, sino que Licne que decir lambi!.'n q ne su robo fue siwrilPnio, por ser una cosa sagrada lo que rolló. Si no se recuerda el nÍlm<'rn t•xado de un pecado, dirá nn nírnwro apro– ximado, sin mentir mmc·a. ni aun diciendo mús de la rnc•n ta. El pecado q tH' se calla por malicia o por sirn ple Yergücnza hace sacrílega la confesión. Y no basta despu!.'s eonfPsar d pecado que se ralló, sino que hay que re¡wlir locla la <'onfesiún, rnn ese pecado y el cll' sacrilegio por haberse eoufesaclo mal. El peeaclo que no se dice por oh-ido o porque despu!.'s dt• n•rnrdac\o en d examen se le pasa a uno al confesarse, queda perdonado por la absoluciún: pero se ha de decir en la primera ('onfesión que se haga. 7.-SATISF.\CCIOX l)E omu O CL\lPLBIIEXTO ffE L.\ PEXTTEXCL\ La satisfacciún de obra consiste en recibir con buena Ynlunlad lo que el confesor mande hacer l'U pt·11ile1)('ia de los peeados y cumplirlo después Fielmenle. La razún de que el confesor imponga eierla ¡wniteneia por los pecados eslú en que. si bit>n por el sacramento se ¡wrclona el pecado y la pena eterna, sin embargo. no se pndona del lodo la pena temporal clehicla por los pe– cados, sino en euanlo el hombre realiza arlos t¡ue satisfagan por esa pena dehida. Y, por eso, ('l!anl<J mús colabore el hombre con sus aclos l'll el sa– rramenlo ele la penileneia, mús pena lempora! le serú perdonada. (i!

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