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muchos modos y en cualquier edad de la vida. espccialmenle en la niüez. Basta con tener las rualidadPs IH'cesarias y rPt·ta int1•1wión. buscando serdr a Dios y a las almas. Quien crea que ha de hacerse religioso o sac·erdole, ha de procurarlo. Si no tuviere auténtica vocación, ya tendrá oportunidad y consejos para retirarse a tiempo. Prn's la última palabra para juzgar de la voeaeiún la Lienen los Snprriores y el Obispo que ha de ordenar. Aun los que no tienen vocaciún rPligiosa y sacerdotal ddien pensar que de todos los oficios que hay e11 este 111u11<lo. ninguno es mús proveehoso parad alma propia y la de los demás que el oficio de aquel que dedica su vida al culto de Dios y al servicio sobren al ural dP los hombres. G.-EFEt:TOS BEL S.\CIL\llE\TO BEL OH BE\ Los efectos del sacramento del Orden son Lres principales: 1) Aunwnta la gr¡H•ia ::mntifieant1•, por ser un sacramento de vivos. 2) Tmprimr rarártrr ele ministro de .Tesucrislo, rnn poleslac1 ele santi– ficar a los demús homhn's, adminislrúndoil•s los sacramentos. :1) Da 11r1wias rs¡it•t•ialr,.; al ordenado para que pueda cumplir digna- mente su misión sobrenatural. Pues si es grande la dignidad del sacerdole, también cuesta mucho lleYar todas las responsabilidades ele ministro dl'I Se1ior. 77

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