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El agua se puede belwr en cualquier mornenlo, eon la! que sea agua natural, es decir, como se la encuentra en la naturaleza o sale del manan– tial, aunque tenga elementos especiales como el agua mineral. También se considera agua natural el agua saneada para el servicio ordinario de las poblaciorws 5.--CONCESIOl\'ES ESP:ECL\LES El\' LA LEY UEL AYUl\'O EITCARISTICO La ley dl'l ayuno eucarístieo liene t·oncesiones especiales en favor de los enfermos, que pueden tornar a cualquier hora alimentos füttridos (no bebi– das aleohólicas) y medicinas sólidas o littuidas. Esta concesión vah' para lodos los enfermos, aunque no guardeu cama y puedan ir a comulgar a la iglesia. Caso espl'cial: Se podría comulgar sin haber guardado el ayuno eucarís– tico en caso de que hubiera pé.ligro de profanación de la Eucaristía, para evitar que cayera en manos de los impíos. También podría comulgar quien, no habiendo observado el ayuno eucarístico, no se acuerda hasta el mo– mento en que se encuentra ya en el comulgatorio. Pero lo mismo en este último caso que en el ele recordarse ele un pecado mortal, son ele alabar las personas que se retiran sin comulgar no fijándose en el respeto humano. G.--PREP"\IUCIOX \.' ACCIO~ HE GRACIAS Dios no da la gracia por ningún sacramento si el hombre no tiene algu– na buena disposición. Y si ningún sacramento se puede recibir bien acer– dmdose a él con una indiferencia lota!, mucho más Sl' exige una actitud conscit'nte y fervorosa al recibir l'll la Eucaristía al mismo Autor de los sa– crarnen tos, Jesucristo. Para que nuestro encuentro con Jesús sea consciente y fervoroso y lo más provechoso posible a nuestra alma, se requiere que pongamos nuestro espíritu en estado de fervor con la preparación para la comunión, y que, después de comulgar, nos entretengamos con Jesús por la an•ión tfp urneias. La prcparaeión tiene que ser de dos clases: 1) Remota: llevando una vida piadosa, como de personas que frecuen– tan el trato con Jesucristo, fuente de tocia santidad. 2) Próxima: que consisü' en excitar el fervor del alma en los instantes anteriores a la comunión, con actos de fe, esperanza y sobre todo de amor a Jesús, valorando las cosas sobrenaturales por encima de todas las cosas tPrrenas. Cuando más desprendidos estemos de las cosas humanas y aun de - 42 --
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