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seiial de la patria--, sino que producen esa gracia como instrumentos en manos de Jesucristo. (Por rjemplo, el papel de un testamento bien hecho no sólo indica que tal cosa pertenece a tal persona, sino que le da la cosa en propiedad. Los sacramentos son algo así como la aplicación del t<,stamcnto ele Cristo a cada hombre, dándole la vida ele unión a El.) La gracia no la produce la devoción de quien recibe el sacramento, sino el sacramento mismo. Esto no quiere decir que la gracia se produce nece– sariamente rn el alma, aunque no la quiera el que se acerca al sacramento, lo mismo que se produciría dolor en el que recibe un golpe sin querer. De ninguna manera ocurre cosa parecida: Para que el sacramento dé la gracia se 1wcesita recibirlo con las debidas disposiciones, que varían según la na– turaleza ele cada sacramento, como se dice inmediatamente. 2.--S.\CRAllENTOS UE nvos Y UE MUERTOS Se llaman sacramentos ele vivos los que exigen como disposición para recibirlos tener la vida ele la gracia. Son: Confirmación, Eucaristía, Extre– maunción, Orden y :\Iatrimonio. Sacramentos de muertos son los instituidos para dar la vida sobrenatural a quien no la Liene y, en consecuencia, no exigen como disposición el estar en gracia, aunque sí exigen buena voluntad y atrición ele los pecados. Son: Bautismo, Penitencia y, en algunos casos, Extremaunción.

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