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tad ck Dios. Sólo, pues, el pecado morlal l'S causa de la pérdida de la gracia santificanlc. Los pecados veniales no van directamente contra el amor ele Dios. pero sí di!-iminuyt•n su fervor. Eslos 1weados veniales contribuyen a qul' se pierda la gracia, en euaulo que dehilílan la niluntad y la predisponen a cat•r en el pecado mm'lal. ti.~-C0:\10 SE HEtOBIU L\ 4.H.\tL\ La gracia o amistad de Dios perdida se puede recobrar de lllH:Vo mien– Lras se vi\·a en d mundo. Dios ofrece su perdón; pero exige c¡m• el hombre dclt•sle el pecado y se convierta a El, restaurándose así las relal'.ionps de amor. ((Si d impío Sl' c·onvierte ele lorlos los pecados que cometió, y observa Lodos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirú de seguro, no morirú. Ninguno de los pecados que l'.Oml'lió le serú n•cordado; en la .i uslicia que practicó lograrú la vida,> (Ez 18, 21-22). .Jcsucrislo eslableció un signo exterior para la eonversión, por d cual se perdonan los pecados a quienes est(•n arrepentidos: es el sananwnto de la PPnitPm·ia o confesión. Pero ya antes de confesarse restituye Dios la gracia sanlifieanle a quien se convierte a El con un aclo de amor sobrenatural, Lenil'JHlo propúsito de rnnfesarsl'. Eslo es lo que se llama aeto de perfec~ta c•ontric·ión. Cuando uno se arrepiente sólo por temor --con un acto dt> atrición- no se restituye la gracia hasta que no se recibe el sacramento de la Penitencia (o de la Extremaunción Pn algunos casos, como se explica al tratar de los sa– cramentos). fü•paso dP la Lt>cción :! 1.--Conc•c•¡ito de• !Jl'Hcia: Gracia es un don sobrenatural que Dios concede por benevolencia a los seres intelectuales para que consigan su último fin, la vida eterna. La yracia es un don !Jratuito, que Dios da libremente: y al mismo tiempo m•c•(•saria al hombre, paru conseguir su último fin . .'.!.---Grada hahitual o santifü·anh•: Es un clon interior y pl'1'manente que nos hace hijos de Dios !J herrderos del cielo. Es un nuevo moclo de ser uital, comien:::o perfecto ele la misma vida elema. 3.--Grat'ia attual: Es un auxilio ele Dios que ilumina nuestro entendimiento o mueve nuestra voluntad para obrnr el bien y evitar el mal. 1(j