BCCCAP00000000000000000000492
,1.--EFECTOS DE LA GRACIA SANTIFICANTE ¿Qué Ps lo que haee en el alma la gracia sanlificante? A esta pregunta se responde seiialando cuatro ele los prinripah•s erectos de la gracia: 1) Hl•gcucra el alma, haeióndola nacer de la muerll' del pecado (ori– ginal o mortal) a la vida c!P amistad con Dios. Quita, por tanto, los pecados. ,,Dijo .Jesús a '.'\icodenw: En \"l'rdad, en verdad Le digo que quien 110 naciere de arriba no podrú entrar en el reino de Dios. Díjole :,;icodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer sien– do vil'jo? ¿Acaso puede Pntrar de nuevo en el seno de su madre y volvt>r a nacer? Hes– ponrliú Jt>sús: En venlad, en VPrdad te digo que quien 110 naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el rl'ino dt· los cielos» (.ln :{, :l ;,). 2) Ilace al hombre (llll'tícipl' dl' la naturall•za tlidna, de modo que enlra a vivir la vida de Dios, conociendo y amando a Dios de un modo senwjanle a como Dios se conoce y Sl' ama a sí mismo. (~\hora, en la oscuridad de la fe; en el cielo, con la claridad ele una visión directa e inmediata.) <<(El divino poder) nos hizo merced de preciosas y ril'as promesas para hacernos así partícipes ele la divina naturalrza>> (2 P 1, •I). 3) Convierte al hombre c'll hijo adoptivo de Dios. Hijo adoptivo se con– Lrapone a hijo natural. La vida de Dios Padre sólo la recibe naturalmente el Hijo, que es Dios como el Padre. Los hombn's la recibimos sobrenatural– menlc, siendo adoptados por Dios como hijos. Pero ps\a ado¡wiiin no es corno la humana, euando un hombre adopta a otro qur no es hijo natural <lP él, para darle la hert>ncia, pero sin poder darle la vida. La allopción de Dios hace rnús: da la vida clel Padn>, aunqul' no 11aturalnwnle. ,,Porque los (llll' son movidos por d Espíritu dl' Dios, ésos son hijos de Dios. Que no habéis recibido d espíritu de siervos para reeaer en el temor, antes habéis recibido el espíritu de adopción, por l'l que clamamos: ¡Allba, Padre! El Espíritu mismo da testi– monio a lllll'stro espíritu ele que somos hijos el<' Dios, y si hijos, también herederos de Dios, coherederos ele Cristo,, (Rm 8, 1·1··17). ,,\'e<l qué, amor nos ha mostrado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios y lo seamos-, (1 Jn :1, 1). 1) Hace al hombre lPmplo del E,;píritu Santo, como afirma San Pablo en su prinwra earla a los Corintios. Porque Lener una vida divina significa tener a Dios viviendo dentro de nosolros, tener de modo especial su Espí– ritu. (Este modo especial de la presencia de Dios en el alma no significa que Dios no estuviera en ella antes de tener la gracia santificante, sino que el alma tiene una actitud nueva frente a esa presencia. Repárese Pn el ejem– plo de una madre y un hijo que se miran sin reconocerse. Cuando se re– conocen, cambia la actitud, aunqm' la mirada sea la misma.)
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz