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r Gn 3, 15). Aquí se anuncia la victoria de Cristo sobre el diablo, diciendo que será hijo de una mujer que tendrá perpetua enemistad con el demonio. Maria, la Madre de Jesús, tuvo, pues, enemistad perpetua con el demonio, no pudiendo c>star 111 nn instante man– chada con el pecado original. 2) En el saludo del ángel, cuando le anunció la Encarnación del Verbo: <<Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo» (Le 1, 28). El ángel declara que María se halla con una plenitud de gracia y de vida sobrenatural que la tiene preparada para ser Madre de Dios. Esta plenitud de María no hubiera sido total si en algún momento de su existencia hubir,ra sido eschwa del pecado original. Los cristianos siempre vieron en Maria a la predilecta de Dios entre los demás hombres, y desde el principio de la Iglesia se pensó de ella lo mejor. Muchos teólogos de la Edad Media se encontraron con la dificul– tad de que los méritos de Cristo eran para la Redención del pecado. Por tanto, la Virgen tendría que tener siquiera un instante el pecado original, para que Cristo la redlmiera también a ella. Pero el fran– ciscano .Juan Duns Escoto solucionó magistralmente la dificultad diciendo que la Redención de María fue la más perfecta, pues por los méritos de Cristo fue preservada del pecado original, mientras que los demás hombres somos librados después de contraerlo. Por esta razón Juan Duns Escoto es considerado como el teólogo de la Inmaculada. El 8 de diciembre de 1854, Pío IX definió corno dogma de fe la Inmaculada Concepción de María. 3.-- -LA MADRE DE DIOS < Decimos que la Virgen María es Madre de Dios, porque ae ella nació Jesucristo, que es verdadero Dios y verdadero hombre> (Ca– tecismo). Todos los privilegios de la Virgen tienen su fondamento c>n su principal grandeza: ser la Madre de Dios. María fne Madre de Dios pornue concibió y dio a luz a la Persona divina del Verbo sPgún su natural~za humana. Seria absurdo pensar que Dios eterno recibió ele la Virgen su ser divino, cuando la Virgen es una creatura de Dios como los dPmá.s hombres. Pero es verdadera y propiamente Madre de Dios, porque el Niño Jesús, que nació de ella Pn Belén, era una Persona divina. RPr,uérdPse una vez más lo que se dijo al hablar de la Encarna– C'ión del Verbo en Pl seno de María: cLa Encarnación d0l Hijo ele Dios se realizó formando el Espíritu Santo de la purísimas entrañas (i4 --

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