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Pero los príncipes de los sacerdotes y fanseos, recordando que Jesús había dicho que resucitaría al tercer día, pidieron a Pilatos pusiera guardia en el sepulcro para que los discípulos no robaran el cadáver y dijeran que había resucitado. El alma de Jesús, separada de su cuerpo, descendió al seno de Abraham, donde estaban las almas de los justos que habían muerto con la esperanza del Mesías an~es de que por los méritos de Cristo pudieran entrar en el cielo. Entm,ces les anunció la Redención y la proximidad de su entrada en la gloria. El cristiano se une a la muerte y sepultura de Cristo, muriendo al pecado y al egoísmo para r<::sucitar a la vida del Señor. 6. -POR QUE JESUS QUISO PADECER TANTO Después del pecado no hay amor sin sufrimiento, pues el sufrí– miento es testimonio de desinterés, de que no se ama por egoísmo. Y por eso Jesucristo quiso mostrar con sus terribles sufrimientos y su muerte el infinito amor de Dios a los hombres. El mismo había dicho: «Nadie tiene más amor que éste: dar uno la vida por sus amigos" (Jn 15, 13). La pasión y muerte de Jesús muestran al mismo tiempo la terri– ble gravedad del pecado. 7.-RESURRECCION Y ASCENSION Jesús, conforme con io que había predieho, uniendo de nueve su alma con su cuerpo, resucitó glorioso al tercer día para nunca más morir. He aquí el relato e\ angl'llcu de :c,an Mateo: "Pasado el sabado, ya ¡n,ra amanecer el día primero de la semana, vino lVJ:aría Magdalena ~on la otra María a ver el sepulcro. Y sobrPvino un gran terr2moto, pues un úngel del Señor bajó del cielo y acercúndose removió la piedra del sepulcro y se s·2ntó sobre ella. Era su aspecto corno el relúmpago y su v2stiáura blanca como la nieve. De miedo de (,1 temblaron los guardias y se q1wdaron como muerto.·,. El úngel. dirigiéndose a las mujeres, elijo: No temúis vosotras, pues sé que buscúis a Jesús el crucificado. No estú aquí. ha resucitado, según lu había dicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto. Id luego y decid a sus discípulos que ha 1·esu– citado de entre los muertos y que os pn'cPde a Galilea; allí le: veréis. Es lo que tenía que deciros ... Mientras iban ellas, algunos Ül' les guardias vini·,•ron a la eiudacl y comu– nicaron a los príncipes dP los sacerdotes lo sucedido. Reunidos (~stos en consejo ~on los ancianos, tomaron bastante dinero y se lo dieron a los soldados, di– ciéndoles: Decid quP 'viniendo los discípulos de noche, k robaron mientras nosotros dormíamos'. Y si llegase la cosa a oídos del procurador. nosotros 1-e aplacaremos y estaréis s·eguros. Ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había dicho. Esta noticia se divulgó entre los judíos hasta -el día dP hoy" (Mt 28, 1-7, 11-15).
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