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tactos de Dios, sin posibilidad de volver a El, pues el pecado romp10 todos los lazos de unión con Dios en el orden sobrenatural. La hu– manidad, por sí sola, se hallaba en el abismo infinito del pecado sin medio alguno para salir de él. Nada podía hacer el hombre que mereciera el amor sobrenatural de Dios y el perdón de su pecado, ya que sin la fuerza de la gracia todas sus acciones naturales eran inútiles para alcanzar el fin sobrenatural. En esta situación de imposibilidad de salir del pecado y de la esclavitud del diablo, era necesario que alguien, con poder infinito, interviniera para librar al hombre. Dios, por su parte, quería una satisfacción por el pecado y que alguien mereciera el perdón del mismo. Y en tal necesidad sólo podía valer el socorro de una persona que fuera homtre para poder merecer el perdón ante Dios, y que fuera también Dios, para que ese mérito tuviera un valor infinito. La humanidad, pues, necesitaba después del pecado la Redención lwcha por Jesucristo. 2. --LA ENCARNACION DEL VERBO La obra suprema y más maravillosa que Dios realizó en el mundo fue la Enearnación del Verbo, por la cual la segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, sin u.ejar de ser Dios eterno, se hizo también hombre. San Juan lo expresa con estas palabras en su Evangelio: <,El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros,, (Jn 1, 14). Y porque el hacerse hombre exig·e el tomar carne humana, a este misterio se le llama Encarnación del Verbo. El catecismo lo describe así: «La Encarnación del Hijo de Dios se realizó formando el Espíritu Santo de las purísimas entrañas de la Virgen María un cuerpo perfectísimo y creando un alma nobi– lísima que unió a aquel cuerpo; en el mismo instante a este cuerpo y alma se unió el Hijo de Dios; y de esta suerte, el que antes era sólo Dios, sin dejar de serlo, quedó hecho hombre.~> El momento de la Encarnación fue cuando d Arcángel San Gabriel se lo comunicó a la Virgen María y ella aceptó ser la Madre del Hijo de Dios. He aquí la narración del Evangelio ,;e,r;ún San Lucas: "Fue enviado de parte de Dios el úngel Gabriel a una ciudar! ele Galilea, llan°.ada Nazaret, a una virgen rlC'sposada con un hombre. llamado .Josó, dP la casa de David; ·el nombre de la drgen era María. Entró p] ángel en su presencia y la saludó así: 'Dios te salve, llena cl·e grada: el Sc>ñor es contigo.' Quedóse ella perpleja al oír tales palabras y se puso a 1wnsar qu{• significaba aquel saludo. El ángel le dijo: 'No tengas miedo. María; porqup has encontrado gracia a los ojos de Dios. Con- - 49 -