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es preciso bautizar pronto a los nlños, para que se les asegure la entrada en el cielo, que es el único sitio de felicidad perfecta. 8. -EL PURGATORIO El purgatorio es un lugar o ectado intermedio entre la muerte y el cielo, en el que se purifican las almas de los muertos en gracia de Dios, pero que por el padecimiento se han de limpiar de la pena temporal no satisfecha aún por los pecados. El hombre que muere en gracia de Dios, es fácil que tenga algún pecado venial o pena temporal no satisfecha por los pecados ya perdonados. Y como dice la Bii:Jlia que en la patria celestial «no entrará cosa impura,> (Ap 21, 27), el alma se ha de purificar antes. Esta es la razón del purgatorio. La-S almas detenidas en el purgatorio no se encuentran aisladas de los fieles que vivimos en el mundo, sino que nosotros podemos, con las oraciones e indulgencias ganadas a su favor, aliviarles las penas y abreviarles el tiempo de su purificación. Así lo dice ya la Sagrada Escritura del Antiguo Testamento en el segundo libro de los Macabeos: «Obra santa y piadosa es orar por los muertos ... para que sean absueltos de los pecados» (2 Mac 12, 46). El purgatorio no durará más allá del juicio universal. El dogma de la comunión de los santos, que significa la partici– pación mutua en todos los bienes espirituales de los que formamos un Cuerpo Místico en Cristo, halla una consoladora aplicación en la realidad el purgatorio. Las almRs en él detenidas puéden ser aliviadas por las obras buenas - ornciones, indulgencias, limosnas, etcétera--- de los fieles que están en la tierra; al mismo tiempo que ellas pueden rogar por nosotros con una oración muy acepta a Dios. Una práctica predilecta de muchos cristianos fervorosos es, con razón, la devoción a las almas del purgatorio. Repaso de la Lección 14 1.--Los novísimos: Se llaman novísimos a la terminación de la vida terrena del hombre y a sus consecuencias. Los novísimos son cuatro: muerte, juicio, infierno y gloria. 2.-La muerte: es la pérdida de la vida del cuerpo, por la sepa– ración del alma, recibiendo ésta inmediatamente el premio o castigo que merezca. La muerte es segura, incierta, castigo del pecado y sello definitivo para la vida del hombre. - 106 -

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