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do. Lo supone San Pablo al decir que el justo Juei::; ,,dará a cada cual según sus obras» (Rm 2, 6). Quiénes van al infierno, ya lo sabemos: los que mueren en pecado mortal. 6.--LA GLORIA La gloria o cielo es el fin último para el que Dios creó a los hombres j consiste en un estado y lugar e11 que se vive la misma vida de Dios en perfecta felicidad. En este mundo nos damos cuenta de que las cosas creadas no pueden satisfacer totalmente el corazón del hombre. En el cielo los justos encontrarán la satisfacción plena en la visión inmediata de Dios y en la posesión amorosa del mismo. Entrar en el cielo es conseguir la más grande de las ilusiones, sin quP desilusione ni se pase nunca. El cielo será la reunción de todos los bienes sin mezcla de mal alguno. Dice San Pablo que la gloria es algo tan excelente que «ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Co 2, 9). La felicidad del cielo será: 1) eterna, porque no es perfecta una felicidad que se acaba; y así lo dice la Sagrada Escritura; 2) del cuerpo y del alma, pues aunque a Dios se ll'. verá con el alma, la dicha del espíritu se transfundirá en el cuerpo dándole todo lo necesario para hacerlo plenamente feliz. El camino del cielo es fácil de conocer si atendemos a Jesucristo; y también fácil de seguir si no nos apartamos de nuestro Maestro, que dijo: «Venid a mí todos los que andáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré. Tamad sobre vosotros mi yugo y aprer.ded de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yug·o es suave y mi carga ligera, (Mt 11, 28-30). «Yo soy el camino, la verdad y la vida,> (Jn 14, 6). 7.--EL LIMBO El limbo es el estado o lugar definitivo de los que mueren con el pecado original solamente. Por no tener la gracia, no pueden ver a Dios ni entrar en el cielo. Por no tener pecado mortal pe,sonal, Dios no los condena a las penas del infierno. El ir al limbo es una desgracia para el hombre, pues equivale a no conseguir su fin último, la felicidad del cielo. Por esta razón - 105 -

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