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1 Jn 1, 1-3). La preponderancia seguirá siendo del oído: "Por– que me has visto, has creído. Dichosos los que no han visto y han creído" (Jn 20, 29). Es la misma idea que expondrá Santo Tomás de Aquino hablan– do de.1 sacramento eucarístico: "La vista, el gus– to, el tacto en ti se equivocan, sólo el oído está seguro". En otras ocasiones Cristo ha apelado a la con– veniencia de su desaparición visibie: "Os convie– ne que yo me vaya, porque si no me voy, no ven– drá a vosotros el Paráclito ... Cuando El venga, convencerá al mundo ... porque me voy al Padre y ya no me veréis. . . Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa" (Jn 16, 7-13). La visibilidad desaparecerá, pero permanecerá el Espíritu que continuará la obra de Cristo, de la Palabra: "Todavía tengo mucho que deciros" (Jn 16, 12) por lo que será preciso seguir pendientes del oído, no de la vista. Habrá que estar a la es– cucha del Espíritu que continuará hablando la pa– labra del Padre. 91