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dirse! Pero el que come dudando, se condena por– que no obra co11forme a la fe, pues todo lo que no procede de la fe, es pecado" (Rm 14, 22-23). Aquí Pablo. usa "fe" como equivalente de rectitud de conciencia. Esta doctrina la recoge el concilio cuan, do afirma: "El hombre percibe y reconoce por me– dio de su conciencia los dictámenes de la ley di– vina, conciencia que tiene obligación de seguir fielmente en toda su actividad para llegar a Dios que es su fin. Por tanto, no se le puede forzar a obrar contra su conciencia. Ni tampoco se le pue– de impedir que obre según ella, principalmente en materia religiosa" (6), Sean cuales fueren las normas externas, la con– ducta del hombre depende de su propia concien– cia: "Este da preferencia a un día sobre todo, aquel los considera todos iguales. ¡Aténgase cada cual a su conciencia!" (Rm 14, 5). Este es el prin– cipio general por el que se reconoce el señorío del. Espíritu: atenerse a la conciencia es atenerse a las órdenes de Dios. "Comed todo lo que se ven– de en el mercado, sin plantearos cuestiones de conciencia; pues del Señor es la tierra y todo cuanto contiene. Si un infiel os invita y vosotros aceptáis, comed todo lo que os presente sin plan– tearos cuestiones de conciencia" (1 Co 10, 25-26). El primado de la conciencia estaba latiendo en todas las discusiones que se plantearon en Los Negrales. Por supuesto que teóricamente todós lo aceptamos. Los moralistas lo explican en sus tras tados (7). Lo que ocurre es que en los casos con– cretos no se quiere admitir e.sta supremacía del Espíritu y de la conciencia, y se la ahoga con leyes y normas y preceptos de obediencia. · "Ciertamente, no podemos negar que la Igle– sia, en cuanto estructura, ha mortificado con fre– cuencia, a través de la historia, las opciones de conciencia de muchos hombres. La inquisición si- (6) Dlgnitatls humanae, n9 3. ,7) Véase por ejemolo HORTELANO, Moral responsable (Salamanca, Sfgueme, 1971}; MARCIANO VIOAL, El nuevo rostro de la Moral (Ma• drld, ediciones Paullnas, 1976); SCHNACKENBURG, El testimonio mo– re/ del Nuevo Tesfsmento (Madrid, 1965), etc... 81 6 Liberación de la vida religiosa

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