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de un Dios que sigue despierto. Ya no es su sitio el desierto Ni en la montaña se esconde; decir, si preguntan dónde, que Dios está -sin mortaja– en donde un hombre trabaja y un corazón le responde". Es evidente lo hondo que caló en Francisco de Asís esta idea evangélica de la fraternidad. Todo cuanto existe, por provenir de nuestro Padre Dios, está unido por lazos fraternos: "Loado seas por toda criatura, mi Señor, y en especial loado por el hermano sol que alumbra y abre el día y es bello en su esplendor y lleva por los cielos noticia de su autor. Y por la hermana luna, de blanca luz menor. Y por la hermana agua, preciosa en su candor ... Por el hermano fuego que alumbra al irse el sol. .. Y por la hermana tierra que es toda bendición. Y por la hermana muerte: ¡loado mi Señor!" (8). Pero sobre todo los hombres hemos de sentir• nos hermanos. Con la sencillez que le caracteriza, dejó escrita la norma de relaciones fraternas: "Y ninguno se llame prior; mas generalmente todos se llamen hermanos menores; y los unos laven los pies de los otros" (9). (8) Cántico del hermano Sol. (9} Primera Regla, capitulo 6. 61

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