BCCCAP00000000000000000000490

Jesús libera al hombre El ejemplo de Jesús es contagioso. Actuando li– bremente invita a los hombres a liberarse de tan– tas normas y tradiciones que les vienen impuestas no por Dios sino por los hombres. Hay que derri– bar todos esos ídolos que usurpan el puesto de Dios. "Habéis anulado la Palabra de Dios por vue.s– tra tradición". "Hipócritas, bien profetizó de vos– otros lsaías cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctri– nas que Sólo son preceptos de hombres" (Mt 15, 6-9). ''Atan cargas pesadas y las echan a la espal 0 da de la gente, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas" (Mt 23, 4). Frente a todas estas pr'escripciones humanas, Cristo anuncia su pregón de libertad: "Si vosotros sois fieles a mi mensaje, sois de verdad discípu– los míos, conoceréis la verdad y la verdad os ha– rá libres" (Jn 8, 31). La libertad de Jesús consiste en liberar al hom– bre de sí mismo, de la ansiedad, de la angustia, el aceptar la realidad sin someterse a ella: "Al que te abofetee en la mejilla derecha, preséntale también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos" (Mt 5, 39-41). Hay una observación que es preciso tenerla en cuenta: "La libertad del discípulo de Jesús no con– siste en la exención o la dispensa de unas prác– ticas, sino en la capacitación para el cumplimiento de una misión. Esta dimensión de la libertad cris– tiana cobra una gran importancia en nuestros días, donde no es infrecuente encontrarse con un cristianismo progresista que se reduce a un no cumplimiento de antiguas normas de la praxis eclesial. No dudamos en juzgar semejante com– portamiento como una nueva o renovada forma de fariseismo" (13). Es decir, la libertad se identifica (13) GUERRERO, El otro Jesús, pág. 199. 49 4 Liberación de la vida religiosa

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz