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será en el futuro la Compañía de Jesús. Los ras– gos definidos son tan esenciales, que nos los po• demos aplicar todas las Ordenes religiosas, e in– tl'.lso la misma religiosidad de los creyentes. "Después de muchos siglos, en los que esta mínima Compañía de Jesús dejó de ser mínima, haciéndose un edificio muy grandísimo con todos los males que irremediablemente la cantidad lle– va consigo, volvemos por fin a quedar reducidos a unas proporciones en los que el espíritu inicial puede vivirse ... Hoy día vivimos según estructura socialista. No tenemos nada propio: nuestras casas de forma– ción son las fábricas, las escuelas, las universida– des. Nuestros lugares de trabajo son los de todo el mundo. En lugar de rentas y acciones, es el sa– lario percibido lo que nos mantiene. Vivimos en pequeños pisos alquilados, e incluso algunos vi– ven dispersos, en pensiones. Ni siquiera tenemos ya enfermería: la Seguridad Social y los asilos de ancianos son nuestra enfermería ... ¿Quiénes somos nosotros? Un grupo de compa– ñeros que han descubierto lo importante que es para el mundo la memoria de Jesús. Lo hemos descubierto y hemos empeñado nuestras vidas en hacerlo presente. Antes nos parecía que se podía hacer presente a Jesús por medio de multitud de obras: Residencias, Colegios ... Pero la inflacción verbal por un lado y por otro la marginación socio– lógica, nos hizo reflexionar seriamente. Se nos so– metió a una cura de silencio. Se nos hizo descu– brir que sólo podíamos hacer presente a Jesús a través de nuestras propias vidas. . . Nuestra mi– sión va tomando esta figura: en tiempo ordinario: callar acerca de Jesús, aunque viviendo a su estilo. Sólo en tiempo extraordinario ----de persecución– atestiguarle también de palabra. Así, pues, en tiem– po ordinario no se nos distingue apenas. Vivimos de nuestro trabajo, y si no estamos presentes en las altas esferas ... no es sólo porque no quere– mos, sino también, porque ya, gracias a Dios, no podemos ... Al haber perdido el poder que tenía- 187