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XIII "TENEIS QUE NACER DE LO ALTO" (Jn 3, 7). La comunicación de Los Negrales no habla ex– presamente de María. No intentábamos hacer un tratado teológico ni responder a todos los puntos de un esquema doctrinal. Buscábamos unos prin– cipios de acción, para organizarnos y saber a qué atenernos. Ahora que me he propuesto explayar estas bases teóricas, es conveniente fijar el puesto de María. PorqLle aquí entra en juego un lenguaje con doble contenido. Algunos se enorgullecen de su devoción a María y piensan que los demás no valoramos el papel que ella desempeñó en la historia del Hijo. Centran la devoción mariana en darle culto en determinados lugares, o en rezos es– peciales. Nosotros somos indiferentes a las fór– mulas fijas de oración o a los lugares. Vamos a explicar nuestro punto de vista. El plan de salvación Dios ha querido ser Padre de todos. Ser hijo de Dios es un don, es gracia, pero también es una exigencia que hemos de imponernos personalmen– te, porque todo don de Dios pide una respuesta del hombre. En esto consiste el diálogo salvífico, en que la iniciativa parte de Dios pero que espera .correspondencia humana. "Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio" [Rm 8, 28). El designio de Dios, he aquí el punto clave. Y lo explica a continuación: "Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, 171

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