BCCCAP00000000000000000000490

,supuesto ningún ministro puede coartar la liber– tad de los hijos de Dios mandando algo que sea contra el alma o la Regla (36). "Contra el alma" no se refiere únicamente a lo que es pecado, lo cual evidentemente no pueden mandar, sino que alude también a las exigencias auténticas del Es– píritu en cada uno de los Religiosos. Por eso en la carta que escribió a Fr. León resume así "cuan– to platicamos en el camino": "Cualquier medio que mejor te parezca para agradar al Señor Dios y se– guir sus huellas y pobreza, ponlo en práctica con la bendición de Dios y mi obediencia" (37). Esta sería la expresión de la auténtica libertad de los hijos de Dios. Quien, con mala voluntad, invoque la inspiración del Espíritu para hacer lo que le venga en gana, es consciente de que está engañando, no hay sin– ceridad y es todo una farsa. De estos no tratamos. Y quien, sin mala voluntad, se engaña a si mismo creyendo oír la voz de Dios cuando lo que oye es su imaginación, debe aceptar lo que la discreción de espíritus detecte en su caso. La confrontación de las propias ideas con la comunidad será una piedra de toque infalible sobre la genuinidad o no del. espíritu que le anima. El tema de la discreción de espíritus, importantísimo, no podemos desarro– llarlo aquí. Renovación de la Iglesia hoy Con profundo respeto pero con una gran since– ridad, y sobre todo con un inmenso amor a la lgte, sía, quiero manifestar lo que me gustaría ver co– rregido y perfeccionado. Se puede hacer daño con la sinceridad y también con la adulación. Prefiero la herida de la verdad a la de la mentira. Puedo pecar de ingenuo o de iluso. Pero la Igle– sia, todos nosotros necesitamos penitencia, con– versión. {36) Regla segunda, cap 10. (37) Avisos espirituales: Séptima carta. 165

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz