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miento al poder de la rnayo;-fa. De lo contra;-io · se la elimina. Y eso es. injusto. En Los Negrales· quisimos dejar bien claro que toda minoría debe ser respetada y promovida. Y que si cualquier mi– noría ·no se ve aceptada, es empujarla de hecho a la muerte, a !a rebeldía y al cisma. Cuando una minoría se siente aceptada, su colaboración pue– de ser enormemente positiva y rica. El peligro de las minorías está en encerrarse so– bre sí mismas, con lo que terminan por empobre– cerse. Pero si se abren, si orientan su actividad hacia el exterior de sí mismas y sin prejuicios sa– ben contrastar sus experiencias, rectificar o per– feccionar, el grupo minoritario puede ser un estí– mulo para la mayoría y ayudarla a su renovación. Por último, sería bueno tomar conciencia de que cualquier grupo religioso, por numeroso que sea, incluso la misma Iglesia Católica, somos minoría. Nos daría un sentimiento de humildad y realismo frente a los demás grupos, mayores o menores, que nos rodean. Quizás aquí estriba el fallo de los católicos al insistir de una manera triunfalista en el número y catolicidad de la lg lesia. Nos creía– mos los amos del mundo y que todos tenían qua. aceptar las directrices eclesiásticas, cuando a la mayoría le importaba un bledo lo que dijera Roma. No nos vendría mal meditar las exhortaciones de Cristo a sus discípulos; cuando los llama "peque– ño rebaño" (1c 12, 32). No fue •sólo en aquel mo– mento histórico cuando los cristianos eran un pequeño número, sino que hoy todavía no hemos llegado a ser ese árbol· en el que anidan las aves del cielo, sino el grano de mostaza, "la más peque– ña de todas las semillas" (Mt 13, 32). No nos ven– dría mal el aplicar a toda la Iglesia lo que Cristo inculcaba a cada uno de sus discípulos, de que nos consideremos pequeños, "uno de estos pe– queños que creen en mí" (Mt 18, 6]; "guardáos de despreciar a uno de estos pequeños" (Mt 18, 10); "no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños" (Mt 18, 14). Los cristianos debemos sentirnos pequeños, me- 135