BCCCAP00000000000000000000490
traían el import'cl de la venta y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno según sus necesidades" (Hech 4, 32-35). Pero en seguida aparecen indicios de las debi– lidades humanas. Es el fraude de Ananías y Sa– fira: vendieron una propiedad y se quedaron con una parte del precio (Hech 5, 1-2). La elección de los Diáconos fue motivada por una desaveniéncia entre los cristianos: "Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hu– bo quejas de los helenistas contra los hebreos porque sus viudas eran desatendidas en la asis– tencia cotidiana" (Hech 6, 1 J. Por lo visto ni todos ponían en común el importe de la venta ni se repartía a cada uno según sus necesidades. Había necesitados entre ellos. Los helenistas se consideraban un poco postergados en relación a los hebreos. Estos dos grupos pro– tagonizarán la discrepancia dentro de la unidad cristiana. Ni el mismo San Pedro se vio libre de censuras y críticas. "Los Apóstoles y los hermanos que ha– bía por Judea oyeron que también los gentiles ha– bían aceptado la palabra de Dios; así que, cuando Pedro subió a Jerusalén, los de la circuncisión se lo reprochaban, diciéndole: Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos" (Hech 11, 1-3). Es una pena que la respuesta del primer Papa no se tenga más en cuenta: "¿Quién era yo para poner obstáculos a Dios?" (Hech 11, 7). Los Após– toles y demás discípulos de momento se tranqui– lizaron, pero la discrepancia seguirá en el seno de la Iglesia. Los judío-cristianos seguían insis– tiendo en la necesidad de la circuncisión. "Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos" (Hech 15, 2). Se hace necesario un concilio, el primero de la historia, en Jerusalén, a causa de estas dis– crepancias. Nuevamente Pedro hace una afirma– ción importantísima: "¿Por qué tentáis a Dios, queriendo poner sobre el cuello de los discípulos 114
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz