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Presentación Alumnos de quinto curso: Ya habéis superado la reválida elemental. Seguro que os consideráis personas mayores, que soñáis con un gran porvenir, que vuestras ilu– siones y esperanzas son enormes. Pero debéis daros cuenta de que el mañana tenéis que forjarlo hoy. En vuestros estudios hacéis mal preocupándoos sólo por responder bien en exámenes: el interés se debe centrar en la asimilación perfecta de las asignaturas para saber obrar en la vida. Si esa asignatura es la de Religión, con mucho mayor motivo, porque su importancia se ex– tiende a esta vida y a la otra: «al fin de la jornada, aquel que se salva, sabe; y el que no, no sabe nada». Ya no sois unos niños para conformaros con el conocimiento rudi– mentario del catecismo. Vuestra conducta tiene que ser la de un cató– lico consciente de sus obligaciones y deberes. Espero, por tanto, que aco– jáis el texto de MORAL CATOLICA con verdadera responsabilidad, y lo estudiéis a fondo. Yo he sido estudiante y ahora soy profesor. Conozco vuestros pro– blemas y quiero facilitaros la tarea. Me he propuesto exponeros el pro– grama oficial con la máxima claridad y brevedad, con los ejemplos ne– cesarios, pero sin abusar de ellos 1 porque tenéis capacidad suficiente para entender estas materias. Eso sí, he querido poneros en contacto con el Nuevo Testamento. No os limitéis a las lecturas que van al fin de cada lección: leed por cuenta vuestra los Evangelios y las Epístolas hasta adquirir el espíritu que respiran. Entonces comprenderéis mucho mejor la Moral Católica, que en definitiva no es otra cosa que vivir la vida de Cristo. De este modo el texto será todo un programa de vida y acción. Los ejercicios prácticos no son problemas confusos, acertijos que exijan un gran esfuerzo mental. Se trata más bien de hechos de la vida coti- 7